viernes, 29 de junio de 2012

El síntoma como discurso del niño


“El único medio de comunicación que poseemos, el lenguaje, es inservible, no logra pintar el alma, y lo que nos entrega son sólo fragmentos desgarrados” (cit. en Las Suplencias del Nombre del Padre, México, D.F., 1998, p. 137).

Los niños tienen su propio discurso ya sea que lo hablen o lo actúen. A lo largo de su vida han adquirido un lenguaje propio, combinado con el de sus padres, que a su vez es familiar y social. Está compuesto por la historia de vida de cada uno de sus integrantes. El sujeto no sabe que lo tiene o lo actúa pues es inconsciente, fue inscrito desde los primeros días de su vida, de esta forma puede continuar su desarrollo adecuadamente o convertirse en el síntoma, de lo no dicho por los padres y en consecuencia de lo que él no puede nombrar.

 Aunque la mayor parte del discurso le fue transmitido, el niño tiene responsabilidad sobre este ya que depende de su percepción del mundo. La asimilación de éste depende de “la socialización primaria y la secundaria (Berger y Luckman, 1995). La primera, efectuada durante la niñez y habitualmente en el seno de la familia, es aquella por la que el individuo adquiere el lenguaje, los esquemas básicos de interpretación de la realidad y los rudimentos del aparato legitimador de la realidad. La segunda, en cambio, es todo proceso posterior que introduce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad…” (cit.en Educar en la Sociedad del Conocimiento, México, D. F., 2007, pág. 40). 

El niño como síntoma familiar se convierte en el depositario de los conflictos que los demás miembros no pueden resolver porque no son conscientes de ello, por ejemplo, los padres que tienen problemas con la sexualidad, utilizan al niño como apoyo para no darse cuenta que los hay, lo llevan a dormir con ellos, se despierta todo el tiempo y les demanda una gran cantidad de visitas nocturnas, uno de los padres duerme con él, durante el día es demandante por lo cual en las noches se está demasiado cansado(a) para sostener un encuentro sexual, tienen problemas en la escuela, estos van desde platicar en exceso con el compañero, hasta problemas que le causan cierto grado de retraso en su desarrollo intelectual y psicomotriz entre ellos tenemos falta de concentración y atención, problemas de lecto-escritura, aprendizaje, motivación baja a causa de estrés e incluso síntomas de depresión, por la perdida de la escuela que es la perdida de lazos sociales indispensables para la sobrevivencia y adaptación del sujeto.

Son pocas las ocasiones en las que se conjunta el deseo del niño  por conocer y sea compartido con los padres, de no ser así nos encontramos con sujetos que sufren el aprendizaje, si logran asimilarlo o con serias inhibiciones se manifiesta en rechazo a cierta actividad, p. ej., matemáticas (“restar” padres, “sumar” hermanos, “dividir” familia, “multiplicar” hermanos). Leer como yo voy a leer de corrido si mi padre no puede (yo no puedo superar a mi padre, eso está “mal”, como acuerdo tácito) superar al padre en algunas ocasiones conlleva la posibilidad de desplazar al padre con la madre, esto genera un alto grado de angustia en consecuencia la inhibición actúa para conservar la integración del  sujeto.

Otra de las defensas que se utiliza frecuentemente es la devaluación de la propia persona, debido a la angustia de perder a los padres idealizados que proporcionan protección y amor como conservadores de la vida. “la idealización de los padres como sistema defensivo de la psique” (Dorothy Bloch, 1978).
Por último una de las emociones, que imposibilita el aprendizaje, es la envidia que surge de la admiración y el amor pero es distorsionada por el deseo de ser como la persona admirada y cuando no se logra se tiende a la destrucción de éste. También impide satisfacción interna o recibir la externa por la falta de valía que el sujeto percibe de sí.

Para el tratamiento nos topamos con algunos inconvenientes, en la sociedad los niños son etiquetados como hiperactivos, con TDA, entre otros, sin la realización de un diagnóstico, pues aún se considera que no es indispensable contratar un especialista en la salud mental y depende del presupuesto o en algunos casos es considerado como elemento que proporciona status poniendo a ello ciertas limitantes en cuanto a su actividad. Otros de los inconvenientes es la economía, el tiempo o simplemente cultura porque existe la creencia que si vas al psicólogo es porque estás loco, así entonces depende del paciente y en este caso de la familia buscar la mejor alternativa.

La voz de los niños sigue sin escucharse, se pierde en las cosas que los padres tienen que hacer día con día, y si los escuchan no tienen credibilidad porque son pequeños en esta sociedad no se les confiere saber. Lo que no pueden decir se manifiesta en su actuar, sólo los niños considerado “graves” tienen la posibilidad de ser escuchados a  petición de la escuela o porque la inhibición a impedido el desarrollo del pequeño.

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